Me imagino todo el día cocinando repostería en esta cocina,
trayendo los huevos de las gallinas directamente del corral y merendando pan
con chocolate sentada en esa mesa al despertarme de la siesta. Ese colorido, y
ciertos elementos, me recuerdan tanto a los veranos en el pueblo cuando era
niña...
Me encantaría poder tener un cuarto como este como cuarto de
lavado y plancha contiguo a mi cocina.
¿Qué me decís del
barreño de metal? De niños nos bañaban en uno como ese durante los veranos en
el pueblo.
Madera y
mimbre.Para mi, lo que hace bella a la imagen es romper las tonalidades
marrones con las flores blancas y con el cesto, también blanco que ocupan la
mesa.
Una combinación
de colores que me encanta, el azul y la madera oscura. La rejilla de la puerta
del mueble junto con la sencillez del mismo le dan el toque más rústico.
Aunque los barreños de la foto de esta cocina son mucho más
modernos, la pila de porcelana rectangular es una preciosidad. La combinación
de los tonos pasteles, el cesto de mimbre, la madera como encimera, las
preciosas telas de lunares y de flores, y por supuesto la caja de latón
antigua, hacen que el conjunto me enamore.
La cocina que por la que yo me decantaría para una casa en el
pueblo.Funcional, práctica, bonita, y moderna, pero sin perder toques rústicos. Fijaros en el suelo de baldosa hidráulica, los azulejos de la mesa
ó isla, y en la puerta blanca de madera que queda a la izquierda de la foto,
por donde entra la luz.
¡Me encanta la criba!
Sin duda una cocina vieja y de pueblo, pero para mi, con un
encanto especial
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