lunes, 22 de diciembre de 2014

NI UNA SUSCRIPCIÓN MÁS





Abro el buzón y encuentro panfletos de propaganda todos los días.

Más aún en estas fechas: "Llévate el mejor regalo para estas Navidades al 50%", "Serás la más radiante de la cena de Nochebuena con esta barra de labios rouge...", "El mejor perfume para regalar"...

"Acumula puntos repostando en estaciones de servicio patatín y patatán", "Oferta de una batidora para los puntos que tienes acumulados", "Disfruta de una escapada romántica por sólo..."...

Abro el ordenador y sucumbo a más tentaciones visitando páginas web: "Suscríbete y recibirás boletines diarios de ...", "¿Quieres  recibir nuestra newsletter a diario?", "Entra y encuentra cupones descuento para tu compra en el súper"...

Y ya no digamos, las páginas que te obligan a registrarte sí ó sí para poder acceder a ellas.

Vivimos rodeados de tentaciones a diario.

No señores.
No quiero un regalo estas navidades al 50%, porque se que no es tal. Porque nadie regala nada y ese producto lo habéis sacado ahora a ese precio y no está rebajado.
No necesito ser la más radiante de la cena de Nochebuena, porque salvo las Navidades de la Preysler que se ven en el Hola, y algún famosillo más, el 90% de la población no nos vestimos de largo para estas fechas, ni comemos en mesas decoradas a todo lujo ni mantenemos el protocolo y el lujo durante la cena.
No quiero regalar el mejor perfume. Seguro que a quien tengo que regalar no le causaré mejor impresión si regalo un perfume muy caro (si es que se tiene en cuenta que "el mejor" es el más caro, cosa que a mi no me lo parece). Ellos ya tienen una buena impresión de mi.

No señores.
No quiero acumular puntos repostando en tal y en cual gasolinera. Necesito echar gasolina cuando me lo pide el coche y en esos momentos no estoy para buscar una u otra marca. Y cuando "acierto" con la marca que me da los puntos, casualmente se me olvida pasar la tarjeta que los acumula ó me la he dejado en casa.
No quiero una batidora. Ya tengo una. No voy a comprar otra y posiblemente cuando se me rompa la que tengo, esta oferta ya no existirá ó me iré urgentemente a comprar una nueva sin acordarme de este panfleto.
No me ofrezcáis escapadas románticas ahora. Ahora no puedo. Ahora no tengo vacaciones. En el momento que quiera hacer un viaje, me pondré yo a buscar los hoteles y esta oferta habrá pasado a la historia.

Y no. No señores.
No quiero suscribirme a nada más, no quiero boletines diarios, no quiero newsletter ni quiero cupones. Tengo una cola de correo spam de la que no consigo ponerme al día. Ofertas de cosas que no necesito y solo me tientan. Cupones en un vaso lleno de polvo en la cocina de los que no me acuerdo y cuando lo hago están caducados.

No señores, no.
No quiero que me obliguéis a registrarme en páginas webs para utilizar servicios. Estoy harta de dar datos personales para que sólo me enviéis propaganda.
(tengo que decir a favor del Sr. Amancio Ortega que la página web de Zara ha sido la única que me ha permitido realizar una compra on-line sin registrarme).


Cuando necesite algo haré un máster, un excel de comparativas y una lista de pros y compras de lo que NECESITE comprar. Hasta ahora, no me ofrezcan nada más. En su momento lo estudiaré.

Tengo que decir, que si he experimentado (y experimento) todos estos avasallamientos diarios ha sido por la "mea culpa" de apuntarme a todo durante mucho tiempo.

Me he dado cuenta de que todo esto sólo me genera estrés. Estrés de revisar el correo diario, estrés de ver la propaganda que llega a casa, estrés por recogerla, archivarla ó tirarla (previos cortecitos del papel en mil para que no se vean los datos personales), estrés por memorizar ó actualizar en mis libretas nuevos usuarios y contraseñas. Sobretodo porque me he dado cuenta, de que la mayoría de las veces no utilizo nada de ello y cuando necesito algo voy y lo compro sin más, sin recordar si tengo ofertas descuentos ó no.
Me he dado cuenta de que las pocas veces que las he utilizado, realmente el importe que ahorras no es tanto. Gastas lo mismo si tienes en cuenta que tienes que coger el coche y gastar gasolina en ir allí ó allá a buscarlo.
Me he dado cuenta del espacio que me ocupan en monederos y carteras las tarjetas de plástico que no uso. Ya tenemos bastante con tener que salir a la calle con el carnet de identidad, el de conducir, la tarjeta de la seguridad social y el abono transporte como mínimo, como para encima acrrear otro taco de tarjetas de establecimientos en los que te suman puntos y a los cuales nunca vas.
Me he dado cuenta de estar apuntada a todo no me aporta nada. No me hace más culta, no aprendo más, no me nutre. No voy a perderme nada, por no ver toda la información que me llega acerca de ésto a diario. 

Por eso, he decidido que desde hoy, no quiero más suscripciones a nada y que voy a intentar ir dándome de baja de muchas a las que me apunté.

Nos complicamos demasiado la vida.

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